lunes, 24 de octubre de 2011

Si tú me dices ven lo dejo todo ... pero dime ven - Albert Espinosa

La semana pasada os comentaba cómo me llama la atención la importancia que hoy en día tiene el título y la contraportada de las novelas, a la hora de ver el número de ventas.
Creo que "Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven" de Albert Espinosa es un ejemplo magnífico de la importancia de estos aspectos; sólo que en este caso, el contenido no está a la altura de lo que se promete.
La historia es sencilla. Se trata de la reflexión de un hombre al que acaba de dejar su pareja. Tal vez por ese motivo acepta un trabajo que, de otro modo no hubiera aceptado. Ambos hechos le llevan a recordar a personas importantes en su vida y los consejos que de ellas ha obtenido para llegar a una conclusión importante, que por supuesto no os voy a contar aquí.
En realidad es la típica historia con moraleja. Con personajes y situaciones diseñadas con molde, como si el mundo fuera guiado por el destino. Todo ello aderezado con un lenguaje directo, casi humorístico.
Lo mejor de la novela es que es fácil de leer, breve, amena y "¿puede?" que aprendes algo nuevo sobre la vida, el amor, el destino,... por ese motivo la aconsejo para quien busque en la lectura un pasatiempo, algo entretenido que hacer.
Pero si buscas algo más, la novela se queda hueca. Porque tanto los personajes, como las situaciones son forzadas y el mensaje resulta demasiado simple. Me produce una sensación parecida que "El bolígrafo de gel verde", sólo que a mi juicio "Si tú me..." está mejor escrita. Es de ese tipo de lecturas para las "personas de hoy", que viven enfrascadas en sus rutinas absorbentes, y no se dan cuenta de que la vida pasa y hay que prestar atención a las cosas importantes. Solo que hay muchas películas americanas, muchas teleseries y muchas novelas que ya lo han dicho, y no veo la necesidad de volver a repetirlo, solo que de manera más simple.
En definitiva, me estoy empezando a dar cuenta que hay una nueva generación de escritores que prestan más atención a cómo vender su obra, que a la obra en sí, y por eso nos encontramos con la necesidad de leer cosas, que nos quedan indiferentes, sólo porque tiene un título curioso (y si además se canta, la tentación es irresistible). Pasas por el escaparate de una librería, echas un vistazo y te vas para casa con el soniquete: Si tú me dices ven.... lo dejo todo.... y zas, te la acaban regalando por tu cumpleaños.

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