lunes, 28 de febrero de 2011

Contra el viento del norte - Daniel Glattauer

"Contra el viento del norte" es una de esas novelas que dejan huella, de las que estoy seguro que pasarán a formar parte de la historia de la literatura, y que mis nietos la estudiarán como precursora de un estilo, por otro lado tan antiguo como la literatura: el estilo epistolar.
Se trata de la historia de la relación entre dos personas a través del correo electrónico. Dos personas que pasan de desconocidos (su primer contacto es por error) a conocidos, amigos,... Hasta ahora nada nuevo. Pero lo que realmente es grandioso en esta novela son los personajes. Son totalmente creíbles, reales, y como tal complejos, cambiantes, con un pasado que les influye su modo de vivir el presente, en sus ideas, sentimientos, en su modo de relacionarse con los demás.
Te ves reflejado en ellos, no parecen de ficción, sino que podrían ser cualquiera de tus amigos. Eso hace que vivas  la historia con intensidad y te atrape. Sientes lo que ellos, quieres lo que ellos, y eso es genial.
Lo es de tal modo que hay una secuela titulada "Cada siete olas" y no he podido resistir la tentación de comenzar a leerla nada más que he acabado "Contra el viento del norte". De verdad, estoy seguro que Emmi y Leo pasarán a la historia de la literatura universal.
No cuento más del argumento ni de sus personajes, porque uno de los errores que se cometen con esta novela es contar demasiado de la historia. Y aquí aprovecho para dar un consejo, no hagáis como yo y compréis juntos "Contra el viento del norte" y "Cada siete olas". Y si lo hacéis ni abráis, ni leáis contraportada del segundo, porque te destripa completamente el primero. No acabo de entender está manía del marketing literario (y de los trailer de las películas) de destripar las historias con tal de vender. Pierden mucho de su esencia, de su razón de ser. Así que lo dicho, aunque las vendan juntas, (y me consta que con motivo de San Valentín lo han hecho) ni miréis la segunda.
Para concluir, se la recomiendo a todo el mundo. Es fácil de leer, dinámica, y al estar escrita a base de correos electrónicos se puede parar y retomar con facilidad. Vamos que no le falta nada. La única puntualización que hago, para todos los que no estéis acostumbrados al correo electrónico, es que no hay que hacer demasiado caso a los cartelitos del re y fv (de hecho están en gris).
Toda una obra de arte.

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